El cerebro de un niño puede alcanzar niveles de inteligencia tan altos como sus padres le permitan e incentiven desde pequeños.
Vemos estudiantes que en los establecimientos educacionales aprenden todo desde cero, algunos que llegan sabiendo desde sus hogares, y otros que complementan el hogar y colegio.
Reflexiono en que los colegios se han convertido en lugares a los cuales van a dejar a los niños para que les enseñen o cuiden durante la semana y que mientras más talleres fuera de horario existan, entonces mejor.
Desde que partió el sistema educacional funcionando en determinados lugares, es que las familias han retrocedido en su posición de educadores de sus hijos y se han ido limitando a solo dejarlos en el colegio para que alguien más les enseñe y luego asistirlos en alguna tarea o trabajo domiciliario.
Es cierto que los educadores tenemos el deber y responsabilidad de ayudar en el proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes, entregar herramientas y estrategias, sin embargo el aprendizaje comienza desde antes de ingresar a un establecimiento educacional. Este es el punto.
El aprender es un Proceso que depende exclusivamente del núcleo familiar, y es este núcleo quien extiende, desarrolla e incentiva al que está aprendiendo, y esto no como algo forzado con horarios y rutinas, sino un proceso diario lleno de afectividad y deseos de que el niño cuente con todas las herramientas que necesita. Es exclusivo, ya que también es la familia quien decide con quien o quienes más aprenderán sus hijos, para que socialicen o conozcan otros contextos de aprender.
Los niños aprenden desde la confianza que genera el amor, y replican todo lo que admiran y observan de sus familia porque confían que aquello es lo apropiado y bueno para sí mismos. Así, en el diario vivir, los pequeños y desde muy pequeños pueden aprender los animales, colores, números, letras, música, idiomas entre tantas otras posibilidades.
El sistema educacional ha coartado de tal forma la inteligencia que cada persona puede desarrollar, que limita no solo a una persona sino toda la labor de una familia que permanece esperando los primeros años de vida para que sus hijos ingresen al sistema y recién ahí aprendan algo, cuando en realidad siempre se está aprendiendo, es responsabilidad de cada uno ver en sus hijos el potencial que tienen y trabajar en que se desarrolle, en que aumente, en aprender libremente.
Este control de la inteligencia del sistema, no es más que controlar lo que podemos crear y lo que no, controla las futuras innovaciones que darán respuesta a tantas necesidades existentes. Controla las mentes para continuar pensando todos de la misma forma; nacer, estudiar, trabajar, adquirir bienes, heredar... y las respuestas que cada uno tiene dentro de sí ¿dónde quedan?, aplastadas en un sistema del que terminamos siendo fieles partidarios.
Aprendemos todo el tiempo, no dejemos de desarrollarnos y expandirnos, no le neguemos el paso creativo a las generaciones que vienen, y no sólo ellas sino que nosotros también estamos a tiempo de crear.
Tenemos la primicia en la formación de las generaciones, tomémosla y dejemos de permitir que las facultades de un niño permanezcan en un mismo lugar para siempre sin expandirse.
Establecimiento "Acción y efecto de poner una casa para que permanezca en ese lugar"
Educación "Acción y efecto de dirigir para desarrollar las facultades de un niño"
Merajoq